Él y ella
Fueron esa especie de
noctembulidad adecuada
a los tiempos de la
desesperanza.
Ella, que lo mira-ba por
debajo de esas cejas,
las cejas que él tiene
muy pobladas, que parecen una.
Él, que abre de tal
forma los ojos al mirarla,
que ella no tiene más opción
que abrirle su corazón.
Él es sin duda, ese
ser que una ha de tener en la vida,
ese, que a pesar de no
decir nada, lo dice todo.
Ella es casi como una
hiedra que crese, la que trepa,
la que se enrolla en
el lugar donde le dan cabida,
la que se desborda
cual represa sobre rio.
Ella se acerca a la
boca esa copa con el último trago de vino
Él vino
–piensa ella-
Aun no se puede
conjugar
Por qué no están
juntos, preguntó una bruja
porque así ha de ser,
respondió ella
Se está viva
Eso importa
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