Es el cerebro el que enamora
Con la ayuda de su índice derecho,
el que se confabula con el de la mano izquierda,
dibuja mapas en el aire, dibuja una ciudad,
la extrañada.
Con la lengua que le baila a un ritmo acelerado
parece que le suenan cascabeles
va emitiendo palabras que dirigen los dedos esos que
dibujan el mapa.
Las palabras que dicen son,
en lo que recuerdo, inteligentísimas,
coherente, sabe lo que dice,
el resto de mi recuerdo
está en el mapa.
Tiene la mirada animalada, un lobo debió haber sido
en las montañas de esa ciudad dibujada en el aire.
Dibujado el mapa, descrita la idea,
gesticulando con todo lo que tiene,
en algún momento,
el tobillo izquierdo de la pierna que pendula sobre la
otra,
de un cuerpo sobre una silla,
la silla en una barra,
choca con la rodilla de este personaje dibujante de
mapas.
El tobillo izquierdo se ha enamorado,
la rodilla aun lo ignora,
y ahora la mano del lobo, en gesto amable
toca la rodilla de ella y dice lo siento.
Y ese es el mapa de mi ciudad, dice él,
¿qué te parece?
- linda ciudad-
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